viernes, 15 de diciembre de 2017

La Credibilidad de la Música


Nunca comenté en el blog que cierta parte de mi vida la dedico a ser músico. Si bien siempre lo hice en un ambiente amateur, sin grandes pretensiones y, hasta la fecha, ningún lanzamiento que valga la pena mencionar, mi dedicación al mundo del arte transgrede un poco la simple apreciación del trabajo ajeno.
Recientemente en una conversación de este tópico en una congregación de gente conocida, salió el tema de la creación de obras musicales; cómo elaboraba cada tema, qué buscaba lograr al escribir una letra o al generar cualquier segmento melódico, etc. y, si bien nunca me consideré a mi mismo un artista, tuve que hacer una fuerte separación entre las canciones realizadas únicamente para tener algo que tocar, de forma que sea complaciente con los oídos de la mayor parte del público a los que pueda llegar, y la música que realizo para mí mismo, y que sale hacia afuera de forma necesaria para mi propia complacencia, y como un mecanismo de comunicación y a su vez entendimiento propio con lo que me rodea. Si bien también existen casos en que los temas son una combinación de estos conceptos, es con el material creado bajo la segunda exposición mencionada con los que tengo un estrecho cariño y apego, y siempre me siento orgulloso de haberlos creado, independientemente del valor objetivo que se les pueda dar.
Son muchos los factores que afectan  a la hora de definir qué tipo de pieza estoy realizando. Muchas veces me doy cuenta en el momento en que encuentro alguna melodía particular o pienso en un corte de ritmo, que quedarían muy bien en la composición bajo los estándares generales, pero me niego a utilizarlos ya que no creo que sean representativos de lo que estoy buscando transmitir, no me parecen honestos con la razón de ser de esa obra.
Y esta situación se repite en muchas situaciones de la vida cotidiana, más allá de los procesos de composición. Un ejemplo podría ser la elección de un tatuaje. Si bien existen multitud de razones por las que cada cual realiza este tipo de distintivos sobre su cuerpo, muchas veces se debe más a buscar una representación significativa, que solamente a tener un diseño que quede lindo en nuestra piel. Si quiero tatuarme un símbolo sobre el corazón, para demostrar mi admiración y estima por lo que su significado representa, entonces probablemente no haya otro lugar para realizarlo que no sea ese (obviamente me refiero a mí mismo como si fuese una persona convencida de que solo así puedo mostrar el concepto de lo que busco representar). Y si sucede que ciertas razones estéticas o ideologías sociales me hacen pensar que un tatuaje sobre el corazón "no queda bien" o "no da tenerlo" entonces probablemente esta ilustración  ya no esté justificada y pierda todo sentido, porque realizar ese símbolo en cualquier otra parte del cuerpo no tendría el mismo efecto, y la cuestión es que no era la imagen como marca sobre mi cuerpo lo que estaba buscando, sino el mostrar una idea que marcó a mi corazón.
Y a partir de acá volvemos a la música, y cómo esto, que parte de mi ideología del arte, me afecta a la hora de apreciar el trabajo realizado por otro. Muchas veces me sucede que escucho material de cierto intérprete, y el problema no es lo que dice ni lo que toca, sino que sencillamente no le creo. No me parece que su interpretación sea auténtica, sino una mera representación externa que intenta simular los sentimientos y/o ideas que pretende describir. Creo que la forma más fácil de visualizar este concepto es analizando las letras y el enfoque que el intérprete realiza sobre las mismas. Existen multitud de artistas que mencionan al amor (o quizá sea el desamor) en su obra, y cómo este los hace sentir y pensar, así como también nos mencionan los problemas y el dolor que surgieron de sus experiencias afectivas. Pero, ¿Cuántos de estos nos logran conducir realmente a que nosotros sintamos lo que tan elocuentemente se nos describe?. Y ojo, porque mencionar una situación con la que nos veamos identificados no es lo mismo que penetrarnos con una emoción. Sí, es verdad, si una canción dice "Te voy a extrañar..." obviamente nos va a conmover si nos vemos afectados por la ausencia de alguien en nuestra vida, pero eso no quiere decir que el artista haya dado en el clavo, sino que sin querer o a consciencia utiliza un golpe bajo con el cual es muy difícil errarle. De hecho ya que mencioné ese ejemplo podemos comparar dos casos líricamente idénticos, y evaluar el "I miss you" entonado en el estribillo de la canción homónima de Blink 182 y el que realiza Brian McMahan en el épico desenlace del tema "Good Morning, Captain" de Slint (aquellos que quieran literalmente hacer la comparación, y no conozcan el último tema mencionado, tener en cuenta que adelantar la canción y aislar el momento en cuestión no tendrá el mismo efecto).
Creo que esto se refleja en 2 aspectos muy reiterativos en el mundo de la música. Por un lado, he escuchado a variedad de músicos hablar de cómo el amor los hizo sentir, cómo los destruyó o despertó sus mayores temores, pero la mayoría de ellos solo me transmiten el hecho de que una persona intenta manipularme para que piense "¡Oh! ¡Qué profundo! Qué habilidad que tiene este artista para retratar la realidad". Tantas baladas nos hablan de temas altamente simpatizantes como el amor y la muerte, pero cuando viene otro que simplemente realiza una respuesta a estos conceptos, como un grito, un llanto, una tos o  gruñido, para demostrarnos lo que realmente estas situaciones provocan en ellos, lamentablemente la empatía con el público general se dificulta mucho más. Y por el otro lado están los que disfrazan la falta de expresión (tanto lírica como vocal o incluso instrumental) con bellas entonaciones o muestras de compleja virtud técnica para esconder la ausencia de contenido real en su trabajo; haciendo de esta forma que quizá no sea muy convincente lo que dicen, pero si su voz está en armonía con el resto de la pieza, entonces quizá sea más fácil que te agrade.
¿Será que realmente como espectadores se nos dificulte tanto comprender un concepto, a no ser que este sea narrado de la forma más simple y descriptiva posible? La verdad es que ojalá yo pudiera (y lo digo en serio) sentirme identificado con la simple mención de una situación emocional, pero en mi caso, lamentablemente, no es tan simple. Si el contenido en frente no es realmente original, lo más probable es que no pase desapercibido.
Para finalizar el artículo voy a compartirles una canción de The Drones, publicada en el 2016 para su disco "Feelin Kinda Free", que me parece va en sintonía con todo lo relatado; una pieza cuyo valor no reside en el majestuoso registro vocal con la que se canta el estribillo, ni la extrema complejidad del asunto que trata; sino de que se nos está narrando algo que sin duda el autor está sintiendo.


3 comentarios:

  1. Imposible mencionar a Slint como una de esas bandas que no podes olvidar. Respecto al tema hablado, me ha pasado muchas veces y en donde más lo he sentido es en ese "rock-pop" español cuyas vocales estan muy traídas al frente y me genera una sensacion de "habla de una historia profunda pero no le creo" no se si es algo de la comunicación o puede ser hasta algo sinoro que lo genera!

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    1. Hola Tomas! No se a que te referís con lo de Slint, en mi opinión su influencia es monumental.
      Con lo de vocales en español creo que te entiendo, y que entendés a lo que me refiero. A mi me pasa mucho con el Hip Hop nacional, cuando la situación se narra desde una perspectiva irreal pero que "queda bien con el público".

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    2. Uy me expresé mal con lo de Slint, quise mencionar que es una banda cuyo aporte a la musica es inolvidable, qué banda increíble.

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